Los primeros veraneantes que se enamoraron de Salou llegaron en la segunda mitad del siglo XIX. Casi un siglo más tarde, es decir, a partir de los años sesenta, Salou se convirtió en una destinación turística y de vacaciones de referencia en Europa. Las playas y las calas de arena dorada, sus tranquilas aguas y el clima templado son su principal atractivo, que se complementa con una oferta deportiva y de ocio reconocida internacionalmente.